miércoles, 13 de mayo de 2009

A Cristo crucificado
























Tú me ofreces la vida con tu muerte
y esa vida sin Ti yo no la quiero;
porque lo que yo espero, y desespero,
es otra vida en la que pueda verte.

Tú crees en mí. Yo a Ti, para creerte,
tendría que morirme lo primero;
morir en Ti, porque si en Ti no muero
no podría encontrarme sin perderte.

Que de tanto temer que te he perdido,
al cabo, ya no sé qué estoy temiendo:
porque de Ti y de mí me siento huido.

Mas con tanto dolor, que estoy sintiendo,
por ese amor con el que me has herido,
que vivo en Ti cuando me estoy muriendo.

3 comentarios:

  1. Anoche vi una entrevista de los padres del joven sevillano asesinado en una reyerta en la Feria de Sevilla y me impactaron. Estaban llenos de fe, de perdón y amor. A veces, uno piensa que estas personas no tienen verdaderamente los pies en la tierra. Son de un grupo religioso católico neocatecumenal, que tienen por nombre cariñoso los Kikos. Creo que el arzobispo de Madrid pertenece a esta comunidad. Siempre los había visto un poco "aleluyas" pero las palabras de este matrimonio ante el loco de la colina, fueron algo que hacía mucho tiempo que no oía y removieron mis entrañas.

    ResponderEliminar
  2. Yo también los escuché, y no me parecieron de este mundo.

    ResponderEliminar
  3. Es verdad eso que decís.

    Pero se me ocurren 200 o 300 imágenes para ilustrar el soneto de Bergamín mejor que esa cara de Guayasamín, las cosas como son

    .

    ResponderEliminar