jueves, 1 de septiembre de 2011

ARIA DE BRAVURA


Yo no quise la turbia
soledad de los versos,
sino la vida clara
sin reflejarla en ellos.
Conocer las desdichas
por los libros ajenos
en la plaza y el retiro
de mis días benévolos.
No pude. Aparecía
un pájaro siniestro
y yo le hacía frente
con las armas que tengo.
Las tardes, 1988.

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