lunes, 27 de agosto de 2012

Yo se





Yo sé que de tu pecho los latidos
están cantados. Corazón, haz lento
tu misericordioso movimiento
y leve tus quejidos doloridos


por ese cuerpo, donde mis sentidos
ponen todo su amor, donde me siento
morir a cada golpe ceniciento
de tus redobles graves y oprimidos.


Y tú, ventana de mi amor, aldea
mía de paz, caricia que sestea,
umbral del mundo, amor de cada día.


Dame tu fe, tu claridad, mi estrella,
dime que existe lo que yo sabía
cuando era niño en la ciudad aquella...


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