miércoles, 14 de noviembre de 2012

EL DESCONCIERTO



Improvisación
Anda que güena t´espera;
´üeno está tu padre, güeno
p´arrimate tres zurrios
y no dejate i^pa´l pueblo
enjamás. ¿Onde has andao?
Dime ¿Qué diablos t´has jecho
toita la noche de Dió
sin acudir y sabiendo
que tós aquí t´aguardaban
como al santo venimiento
muertos de jambre?

- ¡Qué corcio!,
yo estuve en el desconcierto,
es decí, yo estuve juera,
que los que estaban por dentro
eran tós los señoracos,
la gente gorda der pueblo.

¡Vaya mozas peripuestas!
¡Vaya jembras de lo güeno!
¡vaya Marcos Reóndo
qu´estaba que pa coméselo!
Pos ¿y aquel del organillo?
¡no era naide con los deos!

Asín son las juegas, madre,
de los señores der pueblo,
asín da gusto, ¡qué contri!,
y no como aquí jacemos,
siempre empinando la bota,
cantando siempre lo mesmo.

Aquellos eran cantares
con tó lo suyo, por cierto
qu´a mi me páece mentira
qu´aquel mocino tan nuevo,
tan delgaino, cantara
tan juerte y con tanto genio.

¡Vaya un vozarrón, mi madre!,
retumbaba com´un trueno,
y endispués s´iba apagando
tiritando en el galguero,
jaciendo unos gorgoritos,
jormando un feligranero,
apretando y aflojando,
bajando y después subiendo,
destirajando la clopla
y queándose un momento
con un son d´esos mu juertes,
que los llaman dos de pecho,
lo mesmito que los mícales
jacen parás en el cielo.

¡Mecachi en dies, vaya un tio!
¿Onde l´enseñaron eso?
Pa mí que no es en España,
porque en España yo creo
que l´enseñan a uno
na más qu´a cantá flamenco.

Lo qu´a mí me da coraje
es qu´a lo mejó no entiendo
la letra de las tonás
que se canta con más genio.
Cúchili, fáchili, mochi
¡Anda, verigua tú eso!
Pos asín se las gastaban
las coplas del desconcierto.

Lo qu´es ´pa´l cante no hay otro
no pué ser que llegue haberlo
como ese Marcos, tan flaco,
tan delgaino, tan tieso,
que canta más qu´una máquina
cantaöra, ¡ya lo creo!

Y pa cuestíon de la música,
pa dal de prisa a los deos
no pué habel otro en el mundo
que maneje el estrumento
mejó, ni con tanto garbo,
con más gracia y más salero
como ese señor Echániz
qu´es un tio de cuerpo entero.

Y ya lo sabes tó, madre,
tó lo que pasa pol pueblo,
y da gracias a las gracias
que s´acabó el desconcierto,
que si no, manque m´hubiera
padre escachurroa los sesos
endispués, esta presona
no güerve pal rastrojeo,
no güerve con los avios,
ni güerve con los aperos,
y os saldrían relañas
en el estómago mesmo.

¡Vivan los Marcos Reóndos!
¡Vivan los músicos güenos!
¡Vivan las cars bonitas
de las muchachas del pueblo!

Y dile a padre que venga,
que no m´importa un pimiento
que m´atice tres zurrios
y me retuerza el pescuezo.

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