miércoles, 5 de marzo de 2014

KAVAFIANA





KAVAFIANA
El deseo aparece de repente,
en cualquier parte, a propósito de nada.
En la cocina, caminando por la calle.
Basta una mirada, un ademán, un roce...
Pero dos cuerpos
tienen también su ocaso,
su rutina de amor y de sueños,
de gestos sabidos hasta el cansancio.
Se dispersan las risas, se deforman.
Hay cenizas en las bocas
y el íntimo desdén.
Dos cuerpos tienen su muerte
el uno frente al otro.
Basta el silencio.

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