lunes, 6 de abril de 2015

SUCEDE






Sucede que un buen día
te miras al espejo
y un niño jubiloso
eleva una cometa.

Sucede que otro día
ya no aparece el niño
sino un mozo fornido
que abraza a una muchacha.

Sucede que más tarde
el espejo muestra un hombre
con la cara batida
por la feroz edad.

Sucede que, por último,
no puedes verte más:
Espejos y fantasmas
no conciertan jamás.

Sucede que un buen día
te miras al espejo...

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