lunes, 14 de diciembre de 2015

CANCIÓN




TÚ, a la que no declaro
las noches que paso en vela,
cuya esencia me fatiga
como el mecer de una cuna.

TÚ, que tampoco me dices,
si por mí son tus desvelos.
Mira ¿y si sobrellevásemos
esta sed que es nuestro ornato
sin procurar apagarla?

Pues repara en los amantes,
aun no bien la confesión
inician, que pronto mienten.

Tú llenas mi soledad.
Te imagino siempre nueva:
a ratos eres tú sola,
y a veces ese murmullo
o ese etéreo perfume.
A todas, ay, he perdido
entre mis brazos. Más tú,
tú naces siempre de nuevo.
Porque nunca te retuve,
firmemente te conservo. 

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