lunes, 4 de enero de 2016

El pajarito cojo







No la ha visto nadie,
ni siquiera el aire,
pajarito sabio que todo lo sabe.
Volando, piando, se perdió una tarde,
que también a Roma se va por el aire.
Al volver traía, sin culpar a nadie,
la patita rota, mojada en su sangre.
Le curé la herida con sal y vinagre,
le anillé la pata con un fino alambre.
¡Ay cómo piaba llamando a su madre!
El alpiste, el agua, ni la sed ni el hambre
le saciaban nunca de volver al aire,
de seguir volando, su peregrinaje.
Voló sin muletas, cojito, en el aire.
No le ha visto nadie,
ni siquiera el aire,
pajarito sabio que todo lo sabe...  

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